Siempre me han fascinado los girasoles, hasta hace poco eran mis flores favoritas, y aunque ya no lo son me siguen gustando mucho.
Cada año en la primavera me entra la emoción y siembro algunas semillas con la esperanza de que crezcan, siempre germinan muy rápido y en cuestión de un par de semanas ya hay un lindo tallo muy largo y delgado con unas hojitas verdes muy esperanzadoras. Desafortunadamente cada año mueren antes de que logren dar una flor, y aunque siempre investigo más, trato de ponerles más cuidados o probar nuevas fórmulas invariablemente pasa lo mismo. Justo igual que mis relaciones... ¿Será que algún día logre ver al menos un lindo pétalo amarillo?
Y eso es todo lo que tengo que decir acerca de eso.
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