La verdad me reí bastante y siempre me ha gustado que se motive a participar al público en los espectáculos, así que cumplió con ese aspecto, aunque he de decir que mis expectativas eran más altas ya que en momentos fue un poco tedioso.
Lo genial de la noche fué que uno de los supervisores se apiadó de los que estábamos sentados casi hasta atrás y por pura bondad (supongo yo) nos preguntó si no queríamos sentarnos en la zona preferente... Obvio yo super feliz
Lo no tan afortunado fué que mi acompañante me confesó un rato después que los payasos no le agradan del todo, espero que no les tenga fobia porque entonces seguro se la pasó mal, jaja son de esas cosas que no espera uno saber de la gente.
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