El jueves asistí (por obligación) a un evento de piezas automotrices y autos en el que por supuesto abundaban dos tipos de especies: hombres y edecanes voluptuosas. Son de esos lugares en los que una asiste fachosa pensando que son puros hombres que van a ver coches y por lo tanto ni te van a notar o pelar. Pero ¡oh sorpresa! cuando pasas junto a esas mujeres con medidas sobrenaturales que se fotografían con todos los hombres que babean por ellas comienzas a preguntarte por qué no usaste un poco más de maquillaje ese día.
Afortunadamente mi ego soportó tal golpe.
El siguiente evento de machos fueron las luchas. Sí, por más que sigo sin creerlo me llevaron a ver a los sudorosos y no muy decorosos luchadores mexicanos, tendré que admitir que me divertí como enana pero mi mayor sorpresa fue que contrariamente a lo que esperaba había muchas familias, mujeres, niños y hasta bebés. Y para ser sinceros, he visto fanáticas de Ricky Martin más violentas que las personas que estaban presentes. Lo que quiero decir es que el estereotipo de violencia y lugar de mala muerte que llevaba en la mente resultó bastante equivocado.
Las ventajas de estos eventos de hombres fueron:
- Salí un poco de mi ignorancia en cuanto a coches
- Tuve la oportunidad de analizar la especie masculina en su medio natural (jajaja)
y lo mejor de todo fue...
- ¡¡¡Por primera vez en mi vida no tuve que hacer fila en el baño de mujeres!!!
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