Aunque mucha de esta filosofía ya es más comercial que meditacional, para mí sí es indispensable que el ambiente de mi habitación sea agradable ya que estoy segura de que afecta las actividades que realizo en él.
Antier Cuco me regaló un padrisisísimo jardín zen que será la pieza central de la reorganización y decoración que pienso hacer en mi cuarto.
El olor de las velitas está delicioso y junto con mi árbol bonsai ya empiezo a visualizar mi propio espacio de meditación...
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