viernes, 22 de agosto de 2008

La importancia de las personas pequeñitas

No cabe duda que conforme crecemos, envejecemos, maduramos o como lo quieran ver nos volvemos más sensibles. Siempre me había sido fácil despedirme de la gente, tanto que mis padres muy probablemente se hayan preguntado más de una vez si en verdad los quiero.

En fin todo esto viene relacionado con la partida de mi sobrina, cuando llegó a mi casa lo único que pude ver fue:
  • La incomodidad de tener que cubrir los sillones para que no se embarraran de chocolate
  • Tener que cerrar las puertas de la escalera para que no hiciera un salto mortal
  • Comprar protecciones para las esquinas de las mesas
  • Escuchar llanto hasta altas horas de la madrugada
  • Renunciar a ciertos programas para reemplazarlos por los teletubies (sí, es horrible, lo sé)

Pero lo que se llevó:

  • Largas sesiones de baile de estilo... digamos que experimental jaja
  • La cabellera en la que diseñaba peinados
  • Unos pasítos en el corredor que gritaban mi nombre con tanta emoción que me contagiaba
  • Pero lo más feo son todos los besitos, abrazos y risas que se llevó =(

Esto sin mencionar todo ese nuevo y extraño idioma que desarrollamos y sólo unas cuantas personas entenderían.

Ay cómo la extraño ¿quién lo habría dicho verdad?

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